El día de hoy 1 de enero de 2018, día en que se conmemora el 59 aniversario del glorioso triunfo de la Revolución Cubana he decidido hacer esta entrada, que la tenía en mente desde hace mucho tiempo, ya que es una pregunta recurrente que me hace mucha gente: ¿Por qué apoyas la Revolución Cubana? Pues hoy he decidido explicarlo, una serie de acontecimientos me obliga a hacerlo e impulsado por una inesperada visita a la sede diplomática cubana por mi persona el día de ayer domingo 31 de diciembre de 2017 mientras se estaba en vísperas del aniversario 59 donde observé a un pueblo unido, alegre luchador y trabajador y justo en esta fecha simbólica de aniversario quiero expresar lo siguiente, bueno empiezo: Yo nací en la ciudad de San Salvador, capital de la República de El Salvador un 1 de junio de 1980, para esa fecha la Revolución Cubana tenía exactamente 21 años y 5 meses, corriendo el año 22 de la Revolución, de Cuba oí desde mi infancia por el motivo de que mi padre, Don Francisco Ernesto Araniva Araniva tiene una afición que heredé desde mi temprana juventud: El diexismo, es decir, el escuchar radios que transmiten en la Amplitud Modulada (AM) en frecuencias altas y cuyas ondas radiales se expanden por la ionósfera y logran una amplia difusión a pesar de las distancias, sacrificando la calidad del audio, pero que es posible por ejemplo escuchar una radio europea o asiática y si las condiciones climáticas lo favorecen tener un buen audio, dichas radios pues la mayoría son estatales, poco a poco debido al Internet y a la digitalización de las radios ya quedan muy pocas, pero mi infancia estuvo llena de escuchar transmisiones tan variadas como de la BBC de Londres, Radio Amsterdam de Holanda, la Voz de los Estados Unidos, pero entre tantas transmisiones captadas en aquel enorme Radio Grundig Satellit habían unas que me llamaban más la atención, recordemos que eran los años 80's en plena guerra civil de un Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) alzado en armas en contra de la dictadura militar, esas transmisiones no se oían con volumen alto, se oían con volumen bajo e incluso agachados con el oído pegado a la bocina, esas eran las transmisiones de las radios del campo socialista europeo: Radio Praga de Checoslovaquia o Radio Moscú de Rusia, pero había una transmisión que se oía en un español más limpio, depurado, más cercano, más caribeño esa era: Radio Habana Cuba, en esos años oí por primera vez de Cuba, escuché por primera vez "La Bayamesa" al iniciar las transmisiones y se oían noticias diferentes de El Salvador de las que se escuchaban en las radios locales, mi padre siempre andaba en búsqueda de oir noticias de El Salvador desde una perspectiva más real y en ocasiones todavía habían unas transmisiones que se escuchaban al nivel mínimo, casi al silencio: Eran las locales Radio Venceremos o Radio Farabundo Martí, radios clandestinas que informaban sobre los avances de la lucha armada revolucionaria aquí en El Salvador y que con menos frecuencia eran captadas en aquel gran Radio Grundig Satellit o en el portátil National de baterías, ahi también se oía de Cuba, luego en mi adolescencia empiezo a escuchar activamente todas las noches y mañanas la Radio Habana Cuba en sus diferentes frecuencias y a tener un intercambio postal muy dinámico con su departamento de correspondencia, me llamaba maravillosamente la atención que cada carta enviada era respondida personalmente de una manera tan cálida, tan humana y con una redacción y ortografía exquisita y mecanografiadas, ahí me empiezo a empapar a diario de la realidad cubana, inician mis estudios de medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de El Salvador en el año 1998, a finales de octubre y principios de noviembre de ese año sufrimos los embates del Huracán Mitch aquí en El Salvador, por medio de la Radio Habana Cuba me entero que el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz prepara un proyecto para aliviar a los pueblos golpeados por dicho meteoro y consiste en la creación de una Escuela Latinoamericana de Medicina, escucho en primicia dicha noticia, pienso fuertemente en estudiar medicina en Cuba, pero al final decido que no, mejor seguir en El Salvador, mi amada patria, me frenaba una dolencia cardíaca que tenía llamada Síndrome de Wolff-Parkinson White (WPW) que se manifestaba con crisis de taquicardias, no me veía lejos de mi familia ni de mi país en una crisis de arritmia, pero al final fue ese mismo síndrome el que me hizo llegar a Cuba por primera vez.
A medida que iba avanzando en mis estudios de medicina, se convertían en más exigentes, más desvelos, inicios de turnos nocturnos en hospitales y eso hacía que el medicamento para el WPW lo tomara irregularmente hasta que un jueves 25 de abril de 2002 al amanecer previo a dirigirme al Hospital Nacional Rosales a mi cátedra de Semiología experimenté una taquicardia, yo a esas alturas ya conocía bien la dinámica de dichas crisis y dije: Ya pasara, descanso un rato y continúo, para mi sorpresa, la taquicardia no cesaba y tuve que alertar a mi madre Doña Irma Ruth García de Araniva, quien se angustió mucho y nos fuimos de emergencia al Hospital de Diagnóstico de la Colonia Médica donde fui admitido a la Emergencia y llegó mi cardiólogo: Dr. Ricardo Suárez Arana a controlar la situación, se me administró amiodarona endovenosa y la crisis continuaba y ya con dolor precordial y dificultad respiratoria, se me administró oxígeno y las horas pasaban y mi frecuencia cardíaca no disminuía, se me aplicaría una cardioversión, milagrosamente con una maniobra de valsalva la taquicardia cede, luego de más de tres horas, quedo extenuado, se me administran 3mg. de bromazepan, que hacen que recupere la calma y el control. Yo creí que moriría, igualmente así lo pensó Natalí Esperanza Huezo Pereira hoy de Araniva, mi novia en aquel entonces hoy mi esposa, nunca se me va a olvidar la imagen de ella con un llanto incontrolable en esa sala de emergencia.
Luego de esa crisis, el cardiólogo me planteó una única salida: La realización de una ablación con catéter de radiofrecuencia, que tendría que ser realizada fuera del país en alguno de estos tres lugares: El Instituto de Cardiología "Ignacio Chávez" de la Ciudad de México, el Baptist Hospital of Miami o el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de La Habana, Cuba. No logramos establecer una vía de comunicación con México, pero por medio de la entonces rectora de la Universidad de El Salvador: Dra. María Isabel Rodríguez logramos establecer una vía de comunicación con el Baptist Hospital of Miami donde me realizaban el tratamiento por $70,000 y también establecemos una vía de comunicación con La Habana, donde me aceptan como paciente y hacer un tributo de 3500 CUC, nos decidimos por La Habana, me alisto para el viaje junto a mi madre, el tiempo previsto era 1 semana pero debido a que no hubo coordinación entre el equipo médico de La Habana con el de San Salvador al llegar a Cuba el Electrocardiograma me sale completamente normal debido a que continuaba tomando el medicamento: Amiodarona 200mg. 1 tableta V.O. de Lunes a Viernes. Es un fármaco con una gran vida media lo que hace que mi estadía se prolongue, soy visitado por el Director del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de La Habana: Dr. Alberto Hernández Cañero (De grata recordación) quien nos dice: Tienen dos opciones: Se vuelven a El Salvador y regresan en 1 mes o se quedan en Cuba, mientras el fármaco se elimina y le hacemos el procedimiento al muchacho a finales del mes de noviembre, corría el año 2002, año denominado por la Asamblea del Poder Popular de Cuba "Año de los Héroes Prisioneros del Imperio", nos decidimos quedar junto a mi madre, un tanto tristes, pero conscientes de que era lo mejor y menos desgastante, el Dr. Hernández Cañero nos dice: Bueno, anden La Habana y luego de ese duro golpe al recuperarnos junto a mi madre hicimos eso: Andar La Habana, conocimos cada rincón de La Habana Vieja, mientras esperábamos la fecha, estuvimos para el aniversario de la Ciudad, conocimos su Catedral por dentro y fuera y asistimos a la misa del aniversario de la Ciudad presidida por el entonces Arzobispo de La Habana: Cardenal Jaime Lucas Ortega y Alamino. Conocimos los museos principales de la Ciudad, incluido por supuesto el de la Revolución y el Memorial "José Martí", en ese tiempo me empapo de la cubanía y de la lucha férrea de ese pueblo, escucho a diario Radio Reloj, veo la Televisión Cubana y me doy cuenta del caso de los Cinco Héroes Prisioneros del Imperio, se llega la fecha de finales de noviembre y mi procedimiento es un éxito completo y desaparece el WPW, al volver a El Salvador vuelvo fortalecido, con salud, sin tratamiento farmacológico y dispuesto a difundir la justa causa de la Revolución Cubana, difundo a nivel personal y desde folletos que preparábamos mecanografiados de clases en la Facultad de Medicina de la Universidad de El Salvador la justa causa de liberación de los 5, me comunico postalmente con cada uno de ellos, en las distintas cárceles federales de Estados Unidos en que estaban, en una época en que a pesar de estar firmados los Acuerdos de Paz, todo lo que supiera a Cuba era mal visto, me ayudan muchas personas a poder triangular esas cartas, se las daba a personas que viajaban a los Estados Unidos de América y desde ahí me las franqueaban, luego mejor consigo un Apartado Postal para no exponer la dirección de mi hogar, me contestan y logramos una larga comunicación postal especialmente con Antonio Guerrero Rodríguez y Fernando González Llort hoy Presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) a quien tuve el gusto de conocer personalmente en la Ciudad de San Salvador el pasado mes de Julio en el contexto del Segundo Encuentro Centroamericano de Solidaridad con Cuba que organizamos en el seno del Movimiento Salvadoreño de Solidaridad con Cuba, le mostré una de las cartas que le escribí el 25 de Julio de 2004 y al reverso me puso 13 años después: Por la lucha de ustedes es que hoy puedo firmar en libertad el reverso de esta carta. Un abrazo agradecido, Fernando González Llort 28.7.17.
A Cuba vuelvo en 2015 y observo una patria que ha avanzado en la construcción de su socialismo, luego de 13 años más de lucha desde la última vez que había ido, voy con mi esposa Natalí y mi hija Fátima Sofía Araniva Huezo, les muestro una Cuba alegre, llena de cultura, de arte, una ciudad segura, Fátima descubre nuevos sabores y colores, le fascina la malanga, el arroz, la yuca, lo disfruta y la llevo al Memorial "José Martí" donde Fidel daba sus discursos en Plaza de la Revolución, como todo un orgulloso padre la cargo entre mis brazos en ese lugar histórico lleno de una vibración colectiva impresionante.
En Cuba me di cuenta que su solidaridad no es con lo que les sobra, sino con lo que les hace falta, es un pueblo que brinda todo, que lo da todo, que lucha con todo, que sus ideales de socialismo los tiene intactos y que jamás se dará por vencido a pesar de tener a 90 millas náuticas al país más poderoso del mundo que ha querido por todos los medios quitarles su libertad adquirida un día como hoy del año 1959. Por eso estoy con Cuba y su invencible Revolución. ¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!