domingo, 2 de septiembre de 2012

Eclipse Lunar en la Ciudad de San Salvador

Sábado 8 de Enero de 2000, recuerdo perfectamente la fecha ese día por la noche, inició a brillar un rayo de luna esperanzador, de poder iniciar una nueva etapa en mi vida, por vez primera salía con la en aquel entonces mi amiga, ex-compañera de estudios del Externado San José  y compañera de estudios en la Facultad de Medicina de la Universidad de El Salvador: Natalí Huezo, quien 11 años, 3 meses y 1 día después se convertía en mi esposa ante el altar en que ofrendó Monseñor Óscar Arnulfo Romero su vida en la misma ciudad: San Salvador, capital de la República de El Salvador; la decisión ese primer fin de semana hábil de 2000 fue un tanto impulsiva y poco planeada, después de una celebración eucarística en la Parroquia de la Sagrada Familia en la Colonia Centroamérica, simplemente le entregué una flor y le dije: ¿Vamos a La Luna? y ella me dijo: Sí y así fue, esa se convirtió en nuestra primera cita, de interminables más en La Luna Casa y Arte, domiciliada en la Colonia Buenos Aires, vecina de la Centroamérica, esa noche tocaba: Signo Azul, un grupo cuyos miembros son de la ciudad de Chinameca, San Miguel, por cierto lugar en el que nació mi padre y mis ancestros ¿Casualidad? No creo, nada ocurre por casualidad, pasamos varias horas en ese lugar, escuchando a Signo Azul y departiendo cerveza holandesa y ella pidió: Polvo de Estrellas, he de confesar que Natalí conocía el menú del lugar mucho mejor que yo, porque ni idea tenía de esa bebida y ella si, era una mezcla de jugos sin alcohol, compartimos historias, experiencias y arriba de nuestra mesa estaba Pedro Portillo, el último Hippie de San Salvador departiendo con un par de jóvenes, así es la Luna de espontánea y de libre, donde se podía encontrar a ex-comandantes guerrilleros en una mesa, jóvenes en otra y funcionarios de gobierno en otra, pero la historia de ese lugar no inicia en Enero de 2000 sino un poco más de 8 años atrás de esa fecha en el propio período de transición de la guerra a la paz, luego de la guerra civil donde una mujer luchadora: Beatriz Alcaine hecho a andar un proyecto de espacio para el arte, la expresión, el libre pensamiento que por décadas había sido vulnerado ese derecho fundamental del ser humano: La libre expresión y poco a poco como todo proyecto fue madurando la idea y convirtiéndose en un punto de referencia de la ciudad y a pesar de que La Luna es un satélite, también empezó a tener sus satélites, esa zona se convirtió en El Barrio donde hubo muchos lugares similares, pero el primero fue sépanlo: La Luna Casa y Arte, sí un juego de palabras ya que como salvadoreños tendemos a unir las frases y palabras y el nombre oficial suena a "La Luna Casi-Arte" porque así nació como un lugar de expresión del Arte y poco a poco el bar y café fue creciendo y creciendo cada día más y más y como todo proyecto vinieron los problemas: Amenazas de cierre, ordenanzas municipales, saqueo de los vehículos parqueados, vecinos indignados; pero Beatriz luchó y luchó para mantener el lugar y que continuaran brillando esos rayos, como brillo aquel 8 de Enero de 2000 en mi vida.

En menos de cinco años de haber sido abierto el espacio de La Luna, ocurrieron eventos sencillamente impresionates que aún están en mi memoria, mi padre es aficionado del Jazz y en La Luna se organizaron varios años consecutivos a mediado de la década de lo 90's festivales de Jazz de una calidad nunca antes vista hasta la fecha en San Salvador, vino Ricky Loza, percusionista nacido en La Unión y radicado en los Estados Unidos (Hoy de grata recordación) con una avalancha de personalidades del Jazz que hicieron que La Luna brillara en todo su esplendor, tenía alrededor de 14-15 años y asistía con mi padre y recuerdo haberlo visto gozar esos festivales y retirarnos de La Luna pasada ya la medianoche y el nivel de interacción con el público de los músicos y de improvisación fue sencillamente inolvidable, ya llegando a la medianoche llamaron a músicos locales que estaban en el público para improvisar y estar al lado de referentes del Jazz norteamericano, en La Luna el propio Ricky Loza me autografió su disco el cuál aún conserva mi padre en su hogar. Luego en un par de años vino la historia de Joaquín Sabina quien llegó a La Luna sin previo aviso y también tuvo una interacción inolvidable con el público presente y cantó, habló, recordó y se enamoró de La Luna, según cuentan las leyendas incluso pensó en hacer una gira de varias presentaciones en ese lugar, idea que fue anulada por su manager, pero dicen que Sabina la tuvo, fue encantado por el misterio lunar. También a finales de los noventa vinieron los festivales Moonstock con bandas de Rock cuando iniciaba mis estudios universitarios.

En las tablas de La Luna, se le dio espacio a grupos musicales que en otros lugares no se les daba y fue una plataforma de su éxito y lanzamiento, también fue espacio de situaciones polémicas como aquella entrevista al extinto líder del Partido Comunista de El Salvador: Schafik Jorge Handal por H. Bruch h. en el Canal 33 la cual supuestamente había sido censurada por el enojo que demostró el extinto líder, pero aún así fue emitida y lo cierto es que esa vez fue la última que se vió ese programa en televisión y nunca más volvió a aparecer ¿Realmente qué sucedió? son secretos lunares.

En los últimos tiempos, debido a la crisis económica, a que los espacios de arte poco a poco se van convirtiendo en espacios virtuales y no reales, como este mismo blog por ejemplo, la Luna empezó poco a poco a eclipsarse, no sin antes dar buenos brillos, por ejemplo en diciembre de 2011, compartimos con la ahora mi esposa Natalí Huezo, un inolvidable concierto del Quinteto Tiempo de Argentina y La Luna continuaba 20 años después siendo la misma: Un lugar de expresión, de experiencias únicas y de conciertos épicos e inigualables, escuchar al quinteto tiempo cantar en vivo "La Marcha de Unidad" y ver ponerse de pie y cantarla a todo pulmón a nuestra mesa vecina que estaba compuesta por miembros de la vieja guardia de la Convergencia Democrática hoy Cambio Democrático (CD) con Rubén Zamora incluido, en realidad no tiene precio; también el poder obtener un disco autografiado por Rodolfo, miembro del Quinteto Tiempo son cosas que solo en La Luna se pueden dar.

Y viene Septiembre de 2012 momento del cierre del ciclo lunar que duró veinte años, pero como dice el tango: ¡Veinte años no es nada! y para mí y creo que para muchos es eso, el cierre de un ciclo, La Luna continúa, ahí está, los recuerdos perduran y permanecen, es una decisión acertada, el tiempo es hoy de eclipsarse y que Septiembre sea el mes de conmemorar el eclipse, de recordar todo lo que vivimos en sus paredes, de la innovación que representó para el arte y la expresión en El Salvador, el eclipse viene después de Agosto, mes en que tuvimos dos lunas llenas en el mismo mes, es decir, iniciamos el mes con un plenilunio de una Luna Azul así iniciamos Septiembre ¿Casualidad? Nuevamente no lo creo. ¡Muchas Gracias Beatriz Alcaine! que inicie el eclipse lunar en la Ciudad de San Salvador.


Disco del Quinteto Tiempo de Argentina, autografiado por Rodolfo, luego del concierto en La Luna en Diciembre de 2011:


Esa pulsera le entregaban cuando había eventos en La Luna hace unos 10 años, esta data de Diciembre de 2002:



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